Es difícil decir adiós

Llegaron a la puerta del apartamento de Lucía. Durante unos momentos se quedaron mirándose el uno al otro. Lucía seguía sosteniendo la mano de Leo con mucha fuerza.

—Entra, calienta tu cuerpo con ropa y té caliente. ¡Después, descansa!

—¿Y tú? ¿A dónde vas y con quién te vas a encontrar?

—¿Por qu...