Está bien no estar bien

—¡Molly...! —Lucía seguía persiguiendo a la niña pequeña. La lluvia caía cada vez más fuerte, haciendo que los pasos de Lucía fueran más lentos.

Molly seguía corriendo delante de ella, llorando y gimiendo. Sin embargo, su pequeño pie resbaló y la hizo caer al suelo. Rápidamente, Lucía fue directame...