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Lukyan se llevó la mano al pecho. A pesar de que su rostro se mantenía calmado como le habían enseñado, incluso si el mundo se le caía arriba, tenía una angustia que le quitaba el aliento. Cuando había sido reina, esta actitud se había reformado magistralmente

-¿Qué ocurre mi reina?- la voz de Dant...