25. Nuevo fetiche desbloqueado

—Mi nombre no es Dakota. De hecho, no tengo nombre.

—¿Qué quieres decir? —le pregunto parpadeando perpleja.

El silencio de sus labios aumenta mi curiosidad y confusión.

Dakota respira hondo y sus hombros se hunden, como si estuviera reuniendo el valor para hablar.

—Mi madre era una sirvienta que...