45. Ríndete a la oscuridad

Su puta personal.

Eso es lo que soy ahora. Una simple marioneta de placer en manos de un manipulador.

Estoy aplastada bajo su toque, su dominio, y su aroma no parece dejarme. Como si me hubiera marcado con su alma corrompida, convirtiéndome en negra como él.

—¿Quemando mi desayuno otra vez, car...