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Capítulo 28

Arin

Desde el momento en que sale por la puerta, no pego ojo. Han pasado siete horas y no he tenido noticias de él. Ni llamadas, ni mensajes. A estas alturas, aceptaría incluso una maldita paloma mensajera. Camino de un lado a otro en la sala, mordisqueándome las uñas y tirándome del pel...

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