Capítulo 23 SÍ, REITERO, ¡ERES UN OGRO!

Gerald bebió un sorbo de café.

—Bueno al menos estás consciente que es una locura. —Sonrió—, jamás pensé verte casado —se mofó de su amigo.

En ese momento uno de los camiones de la compañía ingresó por el estacionamiento, y varios estibadores ayudaron con las cajas de Myriam, mientras ella y su ...

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