Capítulo 42 ¡AL DIABLO EL CONTRATO!

Gerald bebió un sorbo de vino, y por primera vez, no tuvo una respuesta, frunció el ceño.

—No sé qué vi en ella —expresó con sinceridad—, la conozco desde que éramos niños, su papá era la mano derecha del mío, Bianca era una niña muy dulce, me agradaba su compañía. —Suspiró—, con el tiempo Isis em...

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