Capítulo 59 ¡FUE BIANCA! ¡ELLA ME PAGÓ!

—¿Desea ayuda, señora Myriam? —indagó la joven empleada de quién sospechaban al día siguiente.

Myriam ladeó los labios, sonrió para sus adentros.

—Por favor —solicitó. —Saca la ropa de mi esposo de esos cajones, necesito espacio para la mía —indicó.

—Claro, señora —contestó la chica—, no quiero...

Inicia sesión y continúa leyendo