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Marissa vio entrar a David a las oficinas de H&H y sonrió feliz.

Inmediatamente deshizo su sonrisa.  ¿Feliz de qué?

A ver, niña, contrólate. Dijo la Marissa sensata.

Verlo no tenía por qué hacerla feliz; nop, nop. Es más, cuando él pasara por su lado, y le sonriera como siempre hacía cuando la sal...