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Michaela salió de debajo de las sábanas cuando alguien llamó a la puerta de su habitación. La puerta se abrió y apareció la abuela Agatha.

—¿No irás a clases? –le preguntó.

—No, abuela. Tengo permiso de David para quedarme.

—No me dijo nada. Abajo está Peter.

—¿Qué? –exclamó Michaela, y salió de la ...