64

Marissa entró a las oficinas de H&H con pasos largos y decididos. Iba hablando por el teléfono furiosa, así que Lisa, su secretaria, tuvo que seguirla en silencio.

—¿Así que esa es la excusa que dio? –iba diciendo Marissa—. No me importa las razones que diera, yo sólo exijo que se cumpla mi petición...