15 vs. 50

Nunca conocí una como ella. Nunca me despertaron la necesidad de estar pendiente las 24 horas del día, de que cada pensamiento se me desviara en su dirección. Nunca me habían hecho acabar así, con esa potencia que me dejaba arruinado todo el día.

Y no, no era porque ya estaba grande. Era porque más...

Inicia sesión y continúa leyendo