La chusma del barrio

Enzo.

Romina llevaba semanas extraña, distraída. Se equivocaba en cosas que no tenían sentido y se mataba a disculpas. Le pregunté varias veces si todo estaba bien, si pasaba algo y solamente respondía que sí, que no había problemas.

Mentira. Ese hijo de puta de Centurión se mandó una cagada y por...

Inicia sesión y continúa leyendo