Besarte antes de morir

Eso se repitió varias noches, por lo menos cuatro. Él me hacía llevar, esperaba que el guardia se fuera y abría la otra puerta. Vino, frutas, pan, carne. Un lujo. Me decía que comiera, que estaba muy flaca, que se me marcaban los huesos.

Alguien se tendría que dar cuenta tarde o temprano: que el inq...

Inicia sesión y continúa leyendo