Capítulo veinticinco

Roman se recostó en su silla, tomando un sorbo de su whisky. La comida había sido excelente. Habían rechazado el postre. Ambos pidieron un whisky añejo con hielo. Miró a su amigo. Definitivamente, algo le pasaba. Tenía líneas marcadas en la frente y alrededor de la boca, y había perdido peso.

—Luca...

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