Capítulo cuarenta y tres

Roman se sentó en su escritorio. Ya era tarde, pero miraba su teléfono, sabiendo que necesitaba hacer unas cuantas llamadas más antes de poder llevar a Blair a casa y hacerle el amor. La primera llamada era la que más le preocupaba.

Había hecho muchas llamadas difíciles en su vida, negociaciones emp...

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