Capítulo setenta y tres

En el cementerio, ella se encontraba detrás de un gran roble a unos cincuenta metros del lugar del entierro, observando a través de unos binoculares al pequeño grupo reunido alrededor de su ataúd vacío. El sol de la tarde proyectaba largas sombras sobre el césped bien cuidado, y podía escuchar la vo...

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