Capítulo 14. Territorio hostil.

Killian Deveraux

El brillo de la pantalla de mi ordenador me devolvía la imagen de mis últimos correos. Trámites tediosos. Casos de rutina que solo servían para recordarme lo monótona que era la excelencia.

Mi mente divagaba, como de costumbre, volviendo a ese maldito remolino llamado Elira Va...

Inicia sesión y continúa leyendo