Capítulo 27. No eres lo de siempre.

Killian Deveraux.

Corría. Como si pudiera sudarla.

Como si diez kilómetros en la caminadora pudieran arrancarme su nombre de la lengua, sus jadeos de mis oídos, su maldita imagen deslizándose en mi regazo, temblando como si acabara de tocar el cielo con los dientes.

Elira Vassile. La mujer más i...

Inicia sesión y continúa leyendo