Capítulo 28. Vestida para matar.

Elira Vassile

Entré al departamento y lancé las llaves con tanta fuerza sobre el sofá que rebotaron y cayeron al suelo. Me importó un carajo. Cerré la puerta de un portazo y me quedé ahí, de pie, respirando con dificultad. Como si acabara de correr una maratón con tacones y rencor.

La conversac...

Inicia sesión y continúa leyendo