Capítulo 30

—¿Estás bien? —pregunta Lia preocupada una vez que los niños están lo suficientemente lejos para no escuchar—. Te ves horrible.

Me río—. Gracias.

—Sabes a lo que me refiero.

—Creo que tengo un resfriado, me desperté en medio de la noche con un dolor de cabeza horrible —le explico—. No he dormido ...

Inicia sesión y continúa leyendo