77

Cuando abrí mis ojos, todo había pasado. Todavía tenía el efecto de los analgésicos, pero aquel dolor agudo que supo martirizarme ya no estaba. Observé mi alrededor y me di cuenta de que no estaba en la misma habitación que cuando ingresé y al mirar por la ventana, me encontré en otro sitio. Hasta d...

Inicia sesión y continúa leyendo