Capítulo 121: Silencio y huída

CAMERON

El piso temblaba, los gritos, el terror, el temor, mis propios miedos, mi propia locura.

Dios mío… ¡Dios mío!

Por un momento, la desesperación me llenó, pero pude calmarme y pensar con claridad casi enseguida, y pasé del guardia y entré corriendo al hospital, sin importarme si alguien me...

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