Capítulo 8 Capítulo 8: Comenzar a actuar
Jareth se preparó para salir y apenas salió de la habitación, se dirigió al gerente quien, con mucho respeto y miedo, se acercó corriendo hacia el hombre con mirada roja y asesina.
— ¿Dónde está mi gente?
— El chofer no se fue desde que lo trajo y su asistente lo espera desde las ocho de la mañana en el vestíbulo.
— ¿Qué hora es?
— Son las dos de la tarde.
Jareth maldice y rápidamente se marcha, con su asistente corriendo detrás de él, sin atreverse a decirle que van tarde por primera vez en más de cinco años siendo el presidente de su propia empresa.
— Necesito que me consigas a alguien.
— ¿Quién en especial?
— La mujer con la que entre a este hotel. Quiero que averigües todo. Hasta cuantas veces se lava las manos. Quiero todo y para antes de las seis de la tarde de hoy. Su castigo no puede pasar de hoy. — dice Jareth molesto.
Apenas llega a la empresa, todos se alejan de su camino al ver el enojo en su mirada y cuando llega a su oficina, ve a los dos amigos que dejó la noche anterior por ir detrás de una desconocida.
— Estaba por llamar a la policía.
— Fuera los dos. No tengo ánimo para atenderlos.
— Nos dejaste solos ayer y llegas muy tarde. Es claro que nos debes una explicación. — dice uno de los chicos acercándose al hombre con mirada asesina.
— Amigo, mejor ven. Los lobos no tenemos nueve vidas como los gatos.
— No lo puedo creer.
— Sí, es sorprendente que alguien tan puntual llegue tarde, pero, no es para tanto.
— No, no hablo de eso. — dice Charlie.
— Entonces, ¿Qué es sorprendente?
— ¿Ves eso? Hay una mordida en el labio inferior, una en la mano y un arañazo en el cuello. — dice Charlie y su amigo de inmediato, se levanta de su puesto para ver ello.
De inmediato, Jareth se cubre como puede las marcas de los arañazos y eso, solo hace que vea las demás marcas en sus manos.
— Amigo, dime que eso fue una mujer y no que te enfrentaste a una manada de lobos — suplica el más joven de los tres; Jackson.
— Claro que fue una mujer, ¿Qué lobo le mordería los labios a un alfa? — pregunta Charlie y su amigo asiente.
— Entonces por eso nos dejaste y llegaste tarde.
— Sí.
— Está bien, te dejamos para que trabajes tranquilo.
— ¿Eso es todo?
— Claro que es todo. Por las marcas, esa mujer da miedo y no quiero saber de ella y que después vaya por mí. Así que, te dejo solo mientras voy a buscar medicina para que te traten esas marcas. Si que fue una salvaje. Ni los dragones se atreverían a tanto. — se queja Jackson.
— ¿Acaso has follado con un dragón?
— No, pero, estoy seguro de que tendrían piedad conmigo. Pareciera que viniera de una crucifixión. Que miedo. — dice Jackson y ello hace que su jefe los mire fijamente mientras se muestra en forma lobo.
— Eh, nosotros tenemos tanto trabajo por hacer. Así que, nos vemos luego, jefe. — dice Charles huyendo, mientras la palabra gigolo, aparece en la mente de Jareth una y otra vez.
— Me las vas a pagar, omega. Me las vas a pagar. — asegura Jareth, regresando a su forma humana.
Por otra parte, Adhara ve como su madrastra la observa mal, mientras su padre se sienta en la sala suspirando profundo
— No sé qué es lo que ha sucedido en mi ausencia. Pero, es evidente que falta una persona aquí para que me diga que es lo que está pasando. — dice el mayor de la familia.
— Oh, claro, ya mismo voy a buscar a Emma.
— No, Carrier, mejor deja que vayamos juntos. Emma es una niña consentida que debe extrañar a papá. Así que, porque no le traes su cereal favorito y se lo llevamos a la cama — dice Adhara cambiando de planes.
— ¿Qué estas tramando?
En el pasado, Adhara retrocedía ante cualquier mirada enojada de su madrastra. Pero, prometiendo ser alguien distinta, da un paso al frente y sonriendo con inocencia, le habla.
— Solo quiero que mi hermana tenga un poco de amor de mi padre. Ahora que llegó de un viaje largo, lo mejor es que le dé un saludo de buenos días, ¿no te parece, padre?
— Es verdad, hija. Lo mejor es que salude a mi pequeña. Llevo semanas sin hacerlo. — dice Blad Simpson mientras camina hacia las escaleras.
— Pero, cariño, debes estar cansado. No deberías…
— Entonces, ven conmigo a la habitación de nuestra hija, ella merece un despertar con sus padres. — dice Blad mientras Adhara siente un sinsabor en su boca.
Tocando levemente la puerta, intentan despertar a Emma, pero, la puerta se abre ligeramente al no estar cerrada.
— Deberíamos volver después. — dice Carrier y Adhara abre la puerta antes que su padre se deje convencer de su esposa.
— ¡Buenos días, hermana! ¡Adivina quienes vinieron a darte los buenos días! — dice Adhara emocionada.
La persona en la cama, se levanta asustada y la pareja Simpson se quedan sorprendidos al ver al chico escasamente cubiertos por las sábanas.
— ¿Qué está pasando aquí?
Alguien sale corriendo del baño y Emma, completamente húmeda y ruborizada, se enfrenta a la mirada de su padre, quien está completamente asombrado.
— Padre, bienvenido a casa.
— ¡¿Bienvenido a casa?! ¡¿Eso es lo que me piensas decir?! — grita Blad con evidente enojo.
— Se lo puedo explicar, señor.
— Sí, claro que me lo van a explicar. Pero, no así. Quiero a los dos vestidos y en la sala. ¡Este asunto se va a arreglar ahora mismo!
Blad baja furioso y Adhara comienza a salir de la habitación, pero Carrier la toma del brazo.
— ¿Esto era lo que querías? ¿Te daban tantos celos la felicidad de tu hermana que se la arruinaste?
— ¿Yo le arruine la felicidad?
— Claro que sí.
— Claro, no esperaba menos de ti. Usted es una amante, claramente va a culpar a las mujeres oficiales que sus hombres sean tomados por mujeres como usted.
— Tú…
— ¡Papá, me quieren pegar! — grita Adhara y de inmediato, Blad se transforma en lobo y corriendo llega hasta el lugar donde Carrier apenas logra bajar un poco la mano, pero, el temor de Adhara, no ha desaparecido.
— ¿Qué piensas hacer? — dice el hombre agitado por correr tan rápido.
— Cariño…
— Es a Emma a quien debes corregir. Después de todo, es esa la hija que ha profanado la casa. — dice Blad, para después tomar a Adhara de la mano y llevársela.
— Pero, querido…
Por primera vez, en los quince años teniendo a Carrier como su madrastra, fue la primera vez, que la defendió.
‘¿Por qué no actúe así antes? ¿Por qué dejaba que me golpeara y lo callaba porque después haría infeliz a mi padre? Ya no voy a ser así. La maldad, solo puede pagarse con maldad y es eso lo que voy a hacer.’ dice Adhara mentalmente.





























































































































































































