Intentando

Zorah sintió como si él le hubiera dado una bofetada.

—¿Crees que no estoy intentando?

—No lo estás. —Él soltó un gruñido frustrado y se movió de su posición reclinada para sentarse contra el cabecero, alcanzando a encender la lámpara de la mesita de noche—. Zorah, quiero que seas feliz. Me estoy ...