Desayuno

Sentada en la pequeña mesa para dos, Zorah estaba perdida en los sonidos, vistas y olores de la ciudad a su alrededor, y no se daba cuenta de que Icaro no podía apartar los ojos de ella. Por eso saltó cuando él extendió una mano para quitarle un trozo de hojaldre de su labio inferior, lo que le hizo...