Dos chicas en un barco

Zorah se estiró en la tumbona en la cubierta del yate y disfrutó del sol.

—Este es el mejor día de mi vida —susurró Sidonia mientras se acomodaba en su propia tumbona y estiraba los dedos para agarrar los de Zorah, apretando su mano—. Gracias por organizar esto.

—Fue un placer. Te lo mereces despu...