Shay

—Hola, Zorah.

—Hola. Se sentía en desventaja mientras la mujer, impecablemente vestida y tan impresionante como una modelo, entraba en la habitación y se sentaba en el borde de la cama donde Zorah estaba en pijama que no era suyo. —Me resultas familiar.

—Me llamo Shay Frye. Tal vez me reconozcas p...