Abstenerse

La puerta de la habitación se cerró con un suave clic y Zorah escuchó los pasos de Ícaro al final de la cama. Intentó no reaccionar cuando la cama se hundió detrás de ella y él se arrastró sobre las mantas, envolviendo sus brazos alrededor de ella desde atrás, acercándola a su pecho.

—Zorah, necesi...