Elixires

—¿Mío? —rió ella en respuesta a su pregunta, usando sus manos enjabonadas para acariciar hacia arriba la longitud endurecida de él.

—Puedes llamarlo tuyo sin duda alguna —él se mordió el labio inferior mientras miraba a Zorah—. Lo que quieras, puedes tenerlo —su puño descansaba contra la pared de a...