Arrodíllate

—¿Zorah? —Sidonia llamó a la puerta del dormitorio al que Ícaro había pedido a la ama de llaves que llevara a Zorah cuando llegaron a la finca.

Ella abrió la puerta—. No sabía si te quedarías aquí o no.

—No nos quedamos. La familia de Vodingo maneja el viñedo. Tú estás aquí en la granja. Nos vamos...