Dos millones

Se acercó a la puerta, alejándose de él. —Eres repugnante.

—Ah, estás pensando en follar.

—Ni remotamente —mintió. No había pensado en otra cosa desde que vio el video de él dándole a la stripper con un abandono imprudente, dividida entre la ira por verlo con alguien de manera tan burda y la curio...