Mañanas con Sid

Al día siguiente, Zorah bajaba del vehículo y vio a Sidonia corriendo hacia ella con una amplia sonrisa en el rostro.

—¡Estás aquí! —exclamó Sidonia mientras lanzaba sus brazos alrededor de Zorah y la abrazaba con fuerza—. Vamos, te llevaré con Eleanora en el viñedo. Pareces estar mejor hoy.

Se to...