Destilando Amor

Jamás imaginé que esa noche sería la última vez que la vería.

No así.

No con sus ojos ardiendo de rabia y dolor.

No con sus labios temblando al gritarme hipócrita.

No con sus manos alzándose para darme una bofetada que, más que dolerme en la piel, me partió el alma.

Desde aquel momento, vivo con es...

Inicia sesión y continúa leyendo