Sin dejar rastro

Estaba sentada en el sofá viejo de cuero, desgastado pero cómodo, en el rincón más tranquilo del apartamento de soltero de Kendell. Era un espacio sencillo, lejos del lujo al que solía estar acostumbrado, pero por eso mismo me resultaba acogedor. Aquí todo era silencio. Aquí nadie me gritaba, ni me ...

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