Quirófano

El cielo comenzaba a oscurecerse, aunque aún no eran las seis. Un velo gris lo cubría todo, como si incluso el universo estuviera de luto por lo que acababa de ocurrir. Sentía las manos entumecidas, aún con la sangre de Liam impregnada en mi piel, tibia y espesa, marcando mi ropa, mi rostro, mi alma...

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