Cinco días

El sonido de la llave girando en la cerradura me sobresaltó apenas unos segundos. No levanté la vista del plato. La pasta ya estaba casi fría, pero aún conservaba algo del aroma a albahaca que había invadido la cocina un par de horas antes. No me moví. Ni siquiera para fingir cortesía.

Escuché ...

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