17

NARRA BERENICE

—¡Uff! —Pasé mi mano por mi frente—. No me imaginé que fuese tan agotador —agregué, terminando de preparar las mesas—. Tú no hagas fuerza —ordené a mi hermana, señalándola con el dedo índice.

—No seas exagerada, Berenice —dijo poniendo los vasos que faltaban.

—¿Ya van a venid, mami...

Inicia sesión y continúa leyendo