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NARRA EMERSON

Por fin podía besarla con total libertad, aunque solo fuera a escondidas, eso lo hacía aun más excitante. Berenice en cada beso que nos dábamos entregaba todo de ella. Por eso cada beso era distinto y muy especial.

Mi corazón latía desaforado, la cercanía de Berenice, los dos encerra...