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Puse simplemente, por supuesto que me moría de ganas de poner que la amaba, pero no podía ir muy rápido, lo que menos quería era que Berenice se asustara. Manejé hacia el jardín de niños de Dante, mañana era el acto del día del padre y, por suerte, Dante estaba muy a gusto que fuera yo quien lo acom...