CAPITULO 57 - Vestidos hermosos

Amara no pudo dormir esa noche. Se quedó despierta, mirando el techo, recordando la expresión de su madre cuando habló de la boda.

Catalina intentó ocultarlo, pero Amara había notado el cansancio en sus ojos, las ojeras cada vez más marcadas. Sabía que el tiempo era un lujo que su madre ya no tenía...

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