Bebé Marcelo, gentil pero travieso

El gerente miró a Anna con asombro durante un rato, antes de finalmente preguntar:

—¿Es por Lucía? Ella ya ha renunciado. No tienes que preocuparte por ella.

¿Ha renunciado? ¿Por qué? Anna frunció el ceño después de escuchar al gerente.

—No estoy renunciando por ella. He decidido seguir mi talent...