Apuesta.

Elisabeth Niedermann.

Algo en él se sentía atrevido, tranquilo y al limite esta noche. Como el antiguo Sam, el que no me quería. Sentí que estaba a punto de demostrarme muy públicamente cuánto abusaba de su paciencia.

Me moví de un pie a otro sobre mis altos tacones.

**—Puedes jugar, con un...

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