Anillo

Esta vez, sonreí, sabiendo que no era algo personal.

—¿No te alegras de haberlo dejado?

—No. —Se retiró lentamente, masajeando mi trasero en el proceso—. Pero me alegro de que hayas mordido el anzuelo y te hayan atraído de nuevo a Schwarzlicht. Unas semanas más de celibato y los cementerios de...

Inicia sesión y continúa leyendo