Castigo

Giro el rostro hacia otro lado, cerrando los ojos. En este momento lo odio. Lo odio más de lo que puedo imaginar. Pero él tiene razón. Y eso no me impide permitir que deslice su mano dentro de mi ropa interior, justo allí, en medio de la calle, detrás de una gasolinera iluminada a medias por luc...

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