Capítulo 45 Verdades y mentiras amargas

Amanda negó de inmediato, con un gesto seco que apenas logró disimular el temblor de su barbilla.

No quería escucharlo. No quería siquiera considerar la posibilidad.

—No voy a pedirle ayuda a Leonardo —dijo con firmeza, aunque la voz le salió rota—. Me da igual lo que digas, Mauro. No. No pienso h...

Inicia sesión y continúa leyendo