Capítulo 49 La fragilidad del alma enamorada

La tensión en el aire era casi insoportable.

Amanda mordió su labio con fuerza mientras observaba el enorme edificio frente a ella, aquel del que había escapado y al que jamás pensó regresar.

Ahora, el simple hecho de volver hacía que su piel se erizara. Respiró hondo, intentando calmarse, pero no...

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