Capítulo 103

Aprieto los ojos, reprimiendo una maldición, mis músculos tensos y temblando por la contención. Él me acomoda de nuevo, casual, como si no estuviera a punto de explotar, como si no hubiera destrozado mi capacidad de mantenerme cuerdo.

Estoy jadeando, desesperado, mirándolo como si fuera a arrancarl...

Inicia sesión y continúa leyendo