Capítulo 18

Lo único en lo que puedo pensar es en la paja.

Sí. Sé cómo suena eso. Pero es verdad. Sigo mentalmente atrapado ahí, como un adolescente desesperado que acaba de descubrir su pene. Algunos de los chicos con los que he estado eran santos, honestamente, con lo generosos que eran. Generosos. Creativos....

Inicia sesión y continúa leyendo